terminamos con la calculadora

El domingo de fútbol comenzaba con malas noticias o mejor dicho con sospechas confirmadas. Newell´s le ganaba a Boca y la presión pasaba al Amalfitani tanto para nosotros como para Vélez. Los jugadores ya tenían en la mente la idea de los tres puntos, la gente no esperaba menos de los dirigidos por el Jefe y por eso copó el estadio, no cabía ni un alfiler en la tribuna que da a Reservistas Argentinos y los noventa minutos alentando, a pesar de lo que pasaba en el campo de juego.
El partido empezaba con la iniciativa de River, Lucho lo probaba al Gato Sessa, Vélez no encontraba la pelota y a veces defendía con seis jugadores. En la delantera de Fanesi no funcionaba Patricio Pérez de la manera que el técnico pretendía y entonces las oportunidades escaseaban para los locales.

El tránsito futbolístico se daba por el medio, la recuperación de Ledesma lo tenía a Gallardo siempre al lado para distribuir, la Gata quería llegar con gambetas y enganches pero no funcionaba. Vélez no llegaba con jugadas, lo logró con un tiro libre de Zárate que se fue por arriba. Hasta los veinte minutos manejaba el trámite River pero después se tomó un pequeño recreo que le significó el partido.
Media hora de partido y llegaba la primera emoción, lamentablemente fue para ellos cuando Valdemarín dejó solo a Zárate para que con un toque suave deje sin chances a Costanzo. El uno a cero lo dejaba casi sin reacción a River, el equipo se paró en el campo de juego y no encontraba la pelota, Vélez no manejaba muy bien el balón y el partido no mejoraba.
River intentaba ordenarse, Vélez esperaba y estaba mejor parado así dejaban pasar los minutos para irse al descanso con la ventaja, en el banco del Jefe se pensaba en la charla del entretiempo para que los delanteros tengan más movilidad, Gallardo se haga dueño del juego y parte de la defensa se mande al ataque. El primer tiempo no dejaba demasiado y se iban a los vestuarios pensando en remontar el resultado.

La segunda parte mostraba a los dos equipos luchando, uno por aumentar la ventaja y al otro por conseguir rápido el empate para soñar con la victoria pero se le venía la noche a los seis minutos cuando Gastón Fernández le daba duro desde atrás a Jonás Gutiérrez y veía la roja entonces River encaraba lo que quedaba de partido sin un hombre, Astrada tenía que meter mano en el banco.
Los cambios llegaban pero dentro del campo, Mascherano pasaba al medio y Lucho a la derecha. El cambio posicional hacía que River controle el medio pero las llegadas no eran muy punzantes y terminaban en réplicas que dejaban a la defensa mal parada y por errores de los locales se salvaba el arco de Costanzo.
La hinchada a pesar de todo no dejaba de alentar, la procesión iba por dentro, se escapaba una chance inmejorable pero la gente le puso su mejor cara y no paró de alentar. Adentro de la cancha pasaba de todo, los jugadores de Vélez hacían tiempo y Astrada se lo recriminaba a Fanesi, hecho que casi termina con golpes de puño pero cuando las aguas se calmaron el juez decidió expulsar a los dos técnicos.
River intentaba por todos lados, cerca del final el equipo quedaba indefinido, teníamos a Nasuti de delantero, Patiño de enganche, Mareque por la derecha todos en busca del gol que no llegaba, el tiempo era otro rival. Con ganas y la pelota sobre el piso iba el equipo del Jefe tratando de llegar al empate, la gente no paraba de alentar, el tiempo corría y las llegadas no lastimaban, después lo que sí lastimó fue el pitazo final.
Los brazos en alto del juez para señalar el fin del partido provocaba la desazón en la gente, el desconsuelo de perder una oportunidad de estar cerca, tan cerca como cuando uno tiene en sus brazos a la mujer que le quita el sueño y a la hora del beso ella le da vuelta la cara. El destino le dio vuelta la cara a River y lo dejó lejos de su sueño, no todo está perdido pero se depende de otros y se termina el campeonato con la calculadora en la mano.